Sus cantos de nácar

Tú vienes a buscarme con el pecho desnudo,
levantada en soles, como una madrugada.
Y tus manos me saben y vienen a encontrarme,
como el mejor ejército posible en la llanura.

La ciudad está tomada y yo no me rebelo
porque ya suenan cercanas las fuentes,
con sus cantos de nácar.

La luna de alfanje en su balcón , tan callada,
te mira celosa por tu piel dulce y cálida
y susurra silente, sombras de plata.

Tú vienes a buscarme con el alma alzada,
como una falda de seda en el albor de la enagua
y coses besos en mi espalda y me llenas de luces,
mi niña dulce del agua.

 

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