Y CUANDO EL SOL

Y cuando el sol se llegue
hasta el Oriente mismo,
la noche desplegará
sus negras lágrimas
como abanicos

Y en el frío viento
que sobrevendrá entonces,
mis voces seguirán
siendo cálidas
como manos de niño
siempre enamoradas,
de tu piel de azúcar
de tu tersura antigua,
de tu risa que rompe
el silencio como el canto
del río rompe el silencio
de la hierba cansada,
de tu vientre amistoso
y de tu cintura pálida

Antigua niña
que el tiempo
me ha entregado hembra
mucho antes del Oriente

Antes casi
de que surgiera el Alba.

Luis de Pablos


Retama Negra (Portada)

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