No Sentirán las Cosas
como un reflejo al menos
la emoción del alma
ante la piedra enaltecida
Ante la finitud inmensa
ansiosa y anhelante
del límpido horizonte
Ante el vuelo certero
de las aves contra el cielo infinito
No sentirá la nada
pena incluso
por este ansia justa
de vida inmortal
que anima mi poema
No sentirás tú
como se truncan los cielos
ante unos ojos niños
llorando la mañana
incomprensible y ciega
que ve morir el breve
instante que fue luz,
estrella si fugaz,
la vida en sus pupilas
Ciegas ya a todos
los vientos fecundos
y distantes
Cómo no grita el universo todo
de dolor, de miedo, de asco
Cómo si convulso,
nausea hecha piedra rota,
lava, inmensa ola
no se rebela contra
su propia esencia
y se da muerte así mismo
en cósmico suicidio
Se da muerte y nos arrastra
hacia el descanso
por fin, hacia la nada infinita
Hacia el absurdo vacío
que nada explica
pero que termina con todo,
incluso con la duda.