LA CERTIDUMBRE DE LA HERIDA

Mi cortedad

tozuda y recia

me duele tanto

como duelen los besos

no dados en el recuerdo

y las rosas marchitas

sobre los mármoles

abandonados

en laderas perdidas

Es tan fuerte la certidumbre

de la herida

Que duelen más las venideras

que el recuerdo desvaído

de las idas

Tozuda y recia

es mi vida

que se enamora de la vida

y sigue su camino

a pesar del dolor

y de las rosas

A favor del amor

que llevas tú, contigo.

 

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