DESDE QUE AYER

 

Y aquí
en el bello estremecerse del agua
se detiene por un momento todo
Y ella misma se mira complacida
y cálidamente canta

 

Desde qué ayer

Desde qué dolor

Desde qué risa

Desde qué dulzura

 mancillada

Desde qué mentira

Desde qué sombra

inmaculada

Desde qué luz

Desde qué recuerdo

inexistente

puedo pensarte vida

sin temerte

 

Desde este tiempo

de ramos deshojados

Desguarnecido ya el hueso

y la sonrisa

Puedo desde ello, sí,

decir te amo, mujer, te amo

sin miedo y sin mentira

 

Y desde aquí

caminar hasta  la eternidad quizá,

sin duda hasta la nada

o al menos, hasta que yo

sea ya sólo palabra

 

 Mi voz humilde

casi siempre en la penumbra

iluminada al fin

y para siempre

por tu amor, mujer

por tu mirada.

 

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