Si he de padecer mi miedo a solas
dejadme al menos como cáliz
en que apurarlo
una frágil amapola,
un concluir tan delicado
que al asumir su roto tallo
arriesgues un principio de eternecer
ya acabado
Si he de padecer mi miedo a solas
dadme un recuerdo compañero,
una fatiga que hermana de mis huesos
carroñeros,
se compadezca de mi incomprensión
Pariente de las sombras
Amiga de los ciegos
Si he de morir por mi alma
que percibiré ahí menos que nunca,
dadme al menos un soplo
de ese aire que espeluzna
la carne joven en la primavera
El agua fría que corta
la luz de las estrellas
Dadme al menos un vaso de vino
para perder al menos
esta estúpida seriedad tan carcelaria
Dadme os ruego un beso de amor
que taladre la última membrana.

Luis de Pablos

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