ESCRIBO HOY
Escribo hoy un poema
que es una carta dirigida al infinito
No es una carta de queja...
Quién se queja al fuego
cuando quema en la llama
Tampoco es de aceptación
Es una carta de dolor desesperado...
Cuando era pequeño
solamente quería
un puñado de papeles de seda,
unos palos livianos
y un inmenso trozo de tralla
para volar la cometa
corriendo por prados soñados
No quería otra cosa,
pero me lo quitaron
Solamente me quedan
los vagos recuerdos
del aire en la mano
vibrando en la tralla
Júbilo en el aire
del cielo azulado
inmenso y tranquilo
La risa jugando en la brisa
la cometa bailando...
Se me va un amigo
y me quedarán sólo
los vagos recuerdos:
La risa jugando en la brisa...
Se lo llevan, llevando
Júbilo en el aire...
No sé aún a dónde, ni cuándo
Inmenso y tranquilo
el cielo azulado...
Seguiré escribiendo estas cartas
mientras que no me tiemblen las manos
No son cartas de queja, lo juro
Es que solamente yo quería...
Y todo, todo, se lo llevan
más tarde o temprano.
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